El invierno se acerca.

Hola a mi yo del pasado.

He estado releyendo este blog, y me he quedado absolutamente anonadado debido a que es increíble como ha cambiado mi vida en estos años; aunque eso no quiere decir que siempre acabe igual, desahogándome mientras escribo, para ver si así en un futuro no me vuelvo a equivocar, o por lo menos intentar que las cagadas no sean tan grandes.

La verdad es que es increíble pensar en todo lo que me ha pasado desde la última vez que escribí en este blog, MI blog. Y es que ya estoy en el tercer año de carrera, vivo solo con 3 compañeros de piso maravillosos en una ciudad que no es la mía de origen, he tenido una relación de un año y medio de la cual solo puedo decir cosas buenas, he hecho mil nuevas amistades, y un larguísimo etcétera que me daría para mil blogs si de verdad me pusiera en plan ''querido diario''.

Pero no es por todo esto por lo que estoy aquí de nuevo.

Estoy aquí porque creo que estoy tocando fondo, cuando creo que ya por fin me entiendo a mí mismo y puedo emprender la ''remontada'' me doy cuenta de que algo falla en mí, no sé que es lo que pasa conmigo, no sé ni qué ni a quién quiero en mi vida, me siento solo, aunque esté rodeado de gente maravillosa noto que hay algo roto dentro de mí, y no consigo saber qué puede ser. En cuanto a proyectos de vida, tampoco sé que me ilusiona, ni sé que hacer si todo sale bien y el año que viene acabo la universidad (madre mía, la última vez que escribí en este blog acababa el instituto).

A pesar de todo esto, también sé que estoy en una etapa de mi vida de reconversión, que espero que culmine cuando por fin vuelva a casa (llevo 4 meses sin ir a casa, y eso se nota, especialmente porque en estos 4 meses mi vida ha cambiado por completo, porque yo he querido, claro.) Son esas etapas en las que tienes que dejar que el dolor, cuando aparece, aunque sea muy a menudo, te recorra todo el cuerpo, porque si no aceptas que está ahí, nunca te va a dejar. Aun así (no sé ni cómo expresarme, ni como seguir un orden lógico) se puede resumir todo como un: no sé que hacer con mi vida, ni sé que quiero.

Cuando lo pienso, depende del día, quiero estar solo (sentimentalmente hablando) pero luego existen dos personas en este mundo que me lo hacen replantear todo, una es mi ex, y la otra es una persona que he conocido durante estos meses y literalmente me he pillado los dedos con ella, bueno los dedos, la cabeza, y todo. Es estar con esa persona, y que se me olviden todos los pensamientos que he tenido anteriormente, desordenándolo todo, como si entraras en una tienda de copas de cristal y con un martillo empezaras a dar golpes a todo. No lo entiendo, no me entiendo, tampoco entiendo qué es lo que pasa con él, si solo me quiere para para lo que inicialmente le quise yo, o qué es lo que pasa. También he de decir que es una persona que por las redes sociales se desenvuelve muy bien, lo que hace que yo a su vez esté muy pendiente de este medio de comunicación, lo que no hace que mi estado anímico precisamente mejore. Por otra parte, su personalidad es un poco extraña, y no extraña de ''es diferente a mi'', no, es extraña de verdad, por lo que realmente no sé si somos compatibles en el sentido personal. Aún así, me rallo y pienso: si lo dejaste con tu ex porque sabías que estabas entrando en otra etapa de tu vida a pesar de estar todo bien, para qué te vuelves a comer el tarro con otra persona ¡pásalo bien y ya está! Pero es que no puedo, hay algo que no me deja avanzar, y sé que ese algo soy yo mismo, porque no puedo evitar querer ver al otro chico, y eso no tiene nada de malo, lo malo viene después, cuando me empiezo a comer la cabeza.

Finalmente, al estar tan lejos de la familia y amigos de casa (que aunque yo siempre he sido una persona familiarmente hablando bastante desapegada, se nota) también me cuesta asimilar los momentos de soledad, que aunque no se lo crean, son bastante normales cuando vives en un piso de estudiantes, por eso pienso que ahora, en navidad (que aunque sean unas fechas que realmente no me hagan mucha ilusión por bastantes motivos) y cuando esté en casa, realmente podré ordenar mis ideas, de forma que no tenga que pasar por estos momentos más, en los que cuando pienso que por fin está todo controlado, todo vuelve a desmoronarse.

Pero en fin, supongo que todos alguna vez (o algunas veces en nuestras vidas) necesitamos estos momentos para reconvertirnos, conocernos, y evolucionar.


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