Hace un año
Cuando realizas una mirada atrás, y compruebas que hace justo un año estabas anímicamente mucho peor de lo que estás actualmente, es imposible que no te surja una sonrisa.
Una sonrisa por la persona en la que te estás convirtiendo, independiente, que toma sus propias decisiones, y que comienza a quererse a sí misma como debería haberlo hecho hace muchísimo tiempo.
El problema es: ¿a costa de qué?
Puede ser que esa persona independiente y que se quiere a sí misma haya aprendido a base de golpes; que gracias a su dura coraza, ya no necesite de nadie más para seguir adelante, que desconfíe de todo y de todos.
Puede ser que esa persona note que ya no siente con la misma intensidad con la que sentía hace justo un año, cuando justo tan mal estaba, cuando, quizá, más persona era.
¿Es ser persona una debilidad? ¿Debemos convertirnos en piedra para dejar de sufrir y tirar para adelante?
Aunque suene un poco triste, no lo es, al contrario, es un avance personal, ya que en este estado anímico es cuando las personas están listas para reinventarse, para continuar su camino y emprender nuevas aventuras, pero, una vez más: ¿a costa de qué?
Una sonrisa por la persona en la que te estás convirtiendo, independiente, que toma sus propias decisiones, y que comienza a quererse a sí misma como debería haberlo hecho hace muchísimo tiempo.
El problema es: ¿a costa de qué?
Puede ser que esa persona independiente y que se quiere a sí misma haya aprendido a base de golpes; que gracias a su dura coraza, ya no necesite de nadie más para seguir adelante, que desconfíe de todo y de todos.
Puede ser que esa persona note que ya no siente con la misma intensidad con la que sentía hace justo un año, cuando justo tan mal estaba, cuando, quizá, más persona era.
¿Es ser persona una debilidad? ¿Debemos convertirnos en piedra para dejar de sufrir y tirar para adelante?
Aunque suene un poco triste, no lo es, al contrario, es un avance personal, ya que en este estado anímico es cuando las personas están listas para reinventarse, para continuar su camino y emprender nuevas aventuras, pero, una vez más: ¿a costa de qué?
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